Distante
Tímido, distante, taciturno
tan lejano de mis sueños en tu mundo
te acerco con las sombras de mis dedos
te vuelco hasta mis íntimos deseos.
Tus ojos reviven en mi piel las inquietudes
desgranan por las noches mis febriles antojos
deleito mi descenso por hondas latitudes
y busco en el silencio tus labios amorosos.
Un sueño de belleza en el infierno
un crimen que he cometido en tu nombre
sin poniente ni aurora en este invierno
sin tu geografía convexa de hombre.
Te miro, te recorro, te suplico
absorta, muda, triste, embelesada,
te llevo en el recuerdo como un grito
del ánfora de mi alma enamorada.
Él
Él sigue siendo
la boca, el sendero
la cruz clavada en el Oriente
mi altar primero.
La antesala de mis horas eternas
la nutrida forma que anhelan mis manos
el cosmos de mi fe
y mis placeres mundanos...
Sigue...vive siendo
sombra de todos los silencios
guardián de los desvelos
huella de piel latente
hervor de la sangre
cripta de todas mis muertes
voz que hace germinar rosales
luz que penetra todos mis cristales
agua de mi sed y de humedales.
Elegida
Pido a la noche silencio
tras el ámbar vespertino
elaborando en mi sueño
un atajo a tu destino.
Es la ocasión perentoria
de mi epopeya fogosa
en mi epílogo de gloria
la osadía más venturosa.
Lucubración absoluta
en la epifanía secreta
beso el aire que exhalas
por mi geografía completa.
Abrumadora respuesta
infracción efervescente
soy del tacto la propuesta
el preludio de tu muerte.
Quién pudiera....
Quien pudiera beberte desde abajo
y aprender de tu voz nuevo alfabeto
y que cortes mi verso con un tajo
mientras viajas desnudo en mi soneto.
Quien pudiera ser alfa y ser omega
del fervor de tu piel indescriptible
y dejarse vencer en la refriega
mientras muere en el beso ineludible.
Ser la línea que transgredió el deseo
la corpórea estación de tu agonía
una pira que arder bajo tu fuego
y una tibia gruta para tu hombría.
Quien pudiera ser mano y acariciar tu pecho
y suspirar mirando tu cuerpo eternamente
mientras llega la noche con su quietud al lecho
y me pierdo en tus labios desesperadamente...
Inquietud
Yo soy el pecado, el extremo
la insidiosa flor de tus avernos
un reflejo de la luna sobre el río
un noctámbulo beso en el vacío.
Vivo confabulada en tu delirio
la ruta de mi piel es tu martirio
y en este movimiento de tacones
yuxtapongo mi fuego a tus razones.
Me replego entera, dulce, tierna,
para que tu paso de fiera inquietud
vuele desbocado hacia mi caverna
deshojando flores de eterna virtud.
Eres lobo en celo, animal en pena
aullido bravío de erecta actitud
soy tu desvarío, la musa sirena...
El salvaje anhelo de tu amor urente
desde tus pupilas soy esa presea
que guarda tu pecho tan incruentamente.
Quisiera me los dediques al oido....
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