María Ofelia Martínez Martínez

Bajo la mágica luna

Sí, me gustas y no puedo evitarlo,

tus palabras me colman de dulzura,

cual campanilla mi cuerpo susurra

enredado, sediento por amarlo.

Te digo por las noches en secreto,

cuando nos cubre mágica la luna,

tu rostro misterioso en laguna

se torna por momentos en inquieto

placer, que nos invita al exorcismo,

y sin querer sucumbes al abismo,

en fingidos oasis húmedos.

Laberintos de efímeras siluetas,

sombras divinas de hadas y poetas,

con sus cuerpos ya en la noche extinguidos.

Embrujo de amor

Enredame en tus brazos,

cubre mi cara de besos,

que no se escape mi amor

el embrujo en nuestros cuerpos

Rocíame de mar y ríos,

déjame nadar en ellos,

cubre mi pelo de estrellas,

que juntos lo alcanzaremos.

Hazme romper el silencio,

y gritar en plena noche.

Quiero sentirme mujer,

conducirte en mi deseo,

donde el corazón no manda,

solo nos rigen los cuerpos.

Quiero volar alto, alto,

y encontrarme en tu lecho.

Poder alargar las manos

y rozando los infiernos,

sentir en todo mi cuerpo

¡El placer del mismo cielo!

Gata brava

Dime mujer

¿A que esperas para liberar tu estampa?

retira ese manto inocente

y deja que salga

ese torbellino de hembra

que llevas en tus entrañas.

Deja que te bañe el sol

y que la luna te cubra

como lo hiciera el amante

que por las noches reclamas.

Y que por no conocerte se piense

que eres gata mansa.

Afílate bien las uñas

y sáltale a las espaldas

y cuando sienta el dolor

y cuando te dé la cara

enséñale que tu eres

¡una loca gata brava!